Ahorra en la factura de calefacción con la reforma de tu vivienda

Dicen que en Vitoria hay dos estaciones: el invierno y la Estación de trenes en la Calle Dato. Aquí en invierno hace frío, mucho frío. En otoño o en primavera la cosa no cambia demasiado (y no nos engañemos, a veces en verano tampoco). Al final, la calefacción hay que pagarla sí o sí, eso lo sabemos todos. Pero lo que igual no sabemos es que a veces nuestro edificio o vivienda presenta ciertos defectos que son los que nos hacen pagar más de la cuenta. Algunas pistas nos lo indican:

  • Si pagamos más de 100 euros mensuales de calefacción y agua caliente viviendo en un piso de unos 80 metros cuadrados (aunque dependerá de la antigüedad del edificio);
  • Si nuestra factura de calefacción es sensiblemente superior a la de otras viviendas o edificios de nuestro entorno.
  • Si nuestra casa está habitualmente fría o existen corrientes de aire en el interior.

¿Qué actuaciones podemos realizar, en nuestra vivienda o en nuestra comunidad, para ahorrar en la factura de la calefacción? Aquí te lo explicamos.

 

Aislar la fachada térmicamente

El aislamiento es la base de la eficiencia energética en un edificio. Aislar térmicamente una vivienda consiste en algo parecido a ponerle un abrigo; se coloca un material que evita que el calor se escape y que el frío entre.

Existen diferentes tipos de materiales y sistemas para aislar un edificio: fachadas ventiladas o sistemas por el exterior (SATE), poliestireno, lana mineral, poliuretano, corcho expandido, vidrio celular….. Para colocar el aislante no es necesario modificar la fachada existente. Esto quiere decir que su colocación es limpia y cómoda para el vecino, y no es necesario desalojar la vivienda durante las obras. El aislante se pone en las cámaras de aire (huecos) que hay entre los muros de una vivienda o por el exterior de las fachadas. Así, su colocación no implica reducir la superficie útil de la casa. Si tu casa está construida antes de 1980, probablemente no cuente con un aislamiento adecuado. Y si es posterior tampoco es seguro que lo tenga así que mejor pregunta a un experto.

 

Cambiar las ventanas

Las ventanas son uno de los lugares por los que se escapa más cantidad de calor y por donde entra más el frío. Por eso es necesario cambiar la carpintería y el cristal, o añadir una nueva carpintería por delante en cada hueco, duplicándola. Lo ideal es colocar ventanas con marcado CE y rotura de puente térmico (en el caso de la carpintería metálica). El vidrio que se usa hoy en día aísla mejor que el que se utilizaba hace años. Es recomendable que tenga doble acristalamiento con un espesor mínimo de 14 mm. Si cumplen esas características, se puede optar a las subvenciones del EVE que puedes encontrar en este enlace y que alcanzan hasta los 1000 euros por vivienda.

 

Cambiar la caldera

En muchas ocasiones, el gasto energético excesivo o la falta de confort en una vivienda fría se debe a una caldera vieja o en mal estado. Se recomienda sustituir las calderas de gasóleo, que además de ser ineficientes son altamente contaminantes, por otras de gas de condensación o biomasa. Cambiar la caldera no conlleva necesariamente realizar una obra. Todo dependerá de la configuración del cuarto de calderas.

 

Aislamiento de cubiertas y suelos

Las cubiertas y los suelos mal aislados son otra vía de escape del calor o de entrada del frío, especialmente en el último piso (cubiertas y tejados) o en el primero (con los suelos). Pero realmente afecta a todo el edificio porque el frío penetra y se extiende por el interior hasta el resto de viviendas. Aislar suelos y cubiertas es también una apuesta segura para mayor confort en las viviendas y menor gasto energético.

 

Proteger zonas de puentes térmicos

Un puente térmico es una zona por donde el calor puede escaparse más fácilmente. Por ejemplo, zonas donde se recubren los pilares en fachadas, encuentros con forjados o cajones de persiana. También hay casos en los que antiguamente, para colocar los radiadores para calefacción, se tendía a realizar una hornacina debajo de las ventanas reduciendo su espesor y dejando el cerramiento desprotegido térmicamente. En estos casos es necesario proteger los puentes térmicos con un aislamiento específico.

 

Instalación de Energías renovables

Además de mejorar el aislamiento, podemos reducir nuestra factura de calefacción con energías renovables. Los paneles solares térmicos precalientan el agua de la calefacción con la energía del sol. Los fotovoltaicos producen electricidad. La geotermia toma calor del interior de la tierra a través de pozos. Y las calderas de biomasa funcionan con pellets o astillas de madera, residuos de poda.... Además, el EVE (Ente Vasco de la Energía) contempla importantes subvenciones para la instalación de este tipo de sistemas.

En Birketa nos gusta hablar de Rehabilitación Inteligente. No se trata sólo de renovar aspectos estructurales o estéticos de un edificio o una vivienda, sino de aprovechar dichas reformas para lograr una mayor eficiencia energética. Esta eficiencia supone a la larga un ahorro en la factura de calefacción que pagamos todos los meses, un mayor confort para las personas que viven en una casa y de paso, revalorizamos nuestra vivienda.

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